Analfabetismos de Primer Orden (1)

Analfabetismos de Primer Orden (1)

Avestruz

Analfabetismos de Primer Orden

Dr. Alberto Beuchot González de la Vega

Director del Centro de Coaching Empresarial©

Todos nosotros (usted y yo, estimado lector) somos, en alguna medida, analfabetas. En nuestra vida cotidiana, este analfabetismo presenta múltiples rostros. Y sostengo enfáticamente que ellos son la causa de la inmensa mayoría de todos los problemas que nos aquejan hoy día. A lo largo de este escrito y en los próximos dos, analizaré lo que he denominado analfabetismos de primer y de segundo orden. Ambos, y sus variantes, servirán de marco para el desarrollo de esta columna en las semanas siguientes.

La definición clásica de analfabetismo resulta insuficiente. Analfabeta no sólo es aquella persona que no sabe leer ni escribir. Es decir, aquél que no es capaz de descifrar las combinaciones de signos alfabéticos para formar palabras que un tercero plasmó. Al mismo tiempo este tipo de analfabeta, es incapaz de transmitir sentido utilizando esos signos de forma gráfica. Es decir, es una persona que no sabe leer no escribir. Ninguno de nosotros, estimados lectores, es analfabeta en primer grado.

Existe un segundo grado de analfabetismo, conocido como analfabetismo funcional. En este caso, una persona sabe descifrar los signos alfabéticos, ligarlos entre sí y convertirlos en una palabra, y esa palabra ligarla con palabras sucesivas. Sin embargo, el grueso de su lectura se compone de los letreros y anuncios publicitarios en las calles y de alguna que otra historieta del diario dominical, la sección deportiva en los periódicos y los panfletos que hay en los puestos de revistas. Es lectura obligada o de esparcimiento, no disciplinada, sin el propósito de ampliar el horizonte de conocimientos de forma deliberada. Un analfabeta de segundo grado no ha desarrollado la habilidad de expresarse por escrito, de perseguir la profundización y ordenamiento de su pensar a través de la disciplina de la escritura. Tiene dificultades para entender las ideas y conceptos escritos por otros y para comunicar en forma estructurada los suyos propios. No utiliza la capacidad de leer y escribir para adquirir y producir conocimiento, sino sólo para recibir datos, información aislada e inconexa. Bajo esta definición, me atrevo a afirmar que un porcentaje elevado de nosotros somos analfabetas funcionales.

Un tercer nivel de analfabetismo, el bilingüístico, lo constituye la carencia de conocimiento y de habilidades para coordinar acciones con otros en un segundo idioma, fundamentalmente el inglés. Es ya indiscutible que el inglés se alza hoy día como el idioma dominante en esta era de mundialización. La ciencia y la tecnología se difunden en inglés, el comercio se realiza en inglés y la política internacional se trata en términos del inglés. Una persona que no domina este idioma (utilizo el término dominar, que implica leer, escribir y hablar con el doble propósito de adquirir y profundizar conocimientos y de coordinar efectiva y eficazmente acciones con otros seres humanos) se encuentra en serias desventajas y prácticamente no constituye una oferta de servicios para la empresa actualmente.

Hay un cuarto grado de analfabetismo, y es el analfabetismo computacional o informático. Por un lado, implica el desconocimiento del significado de términos (tales como superautopista de la información, Internet, multimedios, interactividad, grupos de discusión, virtualidad, navegación, navegadores, buscadores, actividades asistidas o mediatizadas, edición electrónica, digitalización de imágenes, etc.) y por otro, la carencia de las habilidades para el manejo de paquetes computacionales que abarcan desde procesadores de textos hasta navegadores de la red, pasando por editores de imágenes, bases de datos, hojas electrónicas de cálculo y correo electrónico. No hablo de la necesidad ser un ingeniero en sistemas computacionales o un experto en informática, sino de la posesión de las habilidades para poder utilizar estos instrumentos indispensables para el aprendizaje por cuenta propia y para realizar negocios en la aldea global. Por cierto, la combinación del inglés con los términos computacionales da origen al llamado “ciberinglés”. Si sumamos la inhabilidad en el terreno computacional al desconocimiento del idioma inglés, lo que tenemos es un desempleado potencial.

Al analfabetismo simple, al analfabetismo funcional, al analfabetismo multilingüístico y al analfabetismo informático los denomino analfabetismos de primer orden. Sin embargo, hay otros tipos de analfabetismo que están más cercanos a las actitudes y valores que debemos desarrollar en ellos y para el desarrollo de los cuáles el COACHING como actividad es muy útil, a los cuales agrupo bajo el concepto de analfabetismos de segundo orden, a analizar en el artículo siguiente.

Me gustaría seguir aprendiendo de ustedes. abeuchot@cencoem.org