Recientemente, y asociado a múltiples cambios a nivel económico y social, las relaciones parentales y familiares han experimentado un desplazamiento importante. Hoy día existe una marcada sensación de no poder manejar las situaciones con los hijos por parte de los padres, lo cual genera frustración, enojo y culpa. Esto ocasiona un cambio en el rol tanto de padres como de hijos mucho más allá de la simple forma. Es preciso por ello el replanteamiento del ser y del quehacer de los padres como producto de un proceso de reflexión individual y colectivo.

Esta propuesta parte de la base de que los problemas en la familia tienen origen multicausal y que en la educación de los hijos interviene toda la sociedad. A partir de esta premisa nosotros queremos hablar de procesos de mejora en el ámbito familiar, lo se puede conseguir a través de una metodología como es la del Coaching.

El Coaching es una metodología que aplicada a las relaciones familiares supone un proceso de mejora de habilidades personales y profesionales de los padres. Se les enseña a ellos (ambos, y esto es muy importante) a mantenerse motivados, lograr mayor proyección en casa, a comunicarse eficazmente, a hacerse más ágiles y sensibles frente a las necesidades de los hijos, a desarrollar su inteligencia emocional, su coordinación de acciones y a mejorar las relaciones ellos. Este proceso está basado en un profundo proceso de reflexión personal, y, a fin de cuentas, en el supuesto de que no es posible cambiar las conductas de los hijos si la óptica y las conductas de los padres no se modifican sustancialmente.

Descripción:

El programa de 36 horas busca brindar a los participantes un panorama general del perfil de la niñez y la adolescencia y del propio perfil de los padres para que puedan comprender mejor el fenómeno familiar, al tiempo que brinda una serie de herramientas prácticas para su aplicación en diversas modalidades de intervención. Busca ampliar la visión y conocimiento que los participantes tengan acerca del campo de su práctica, orillar al cuestionamiento y revisión de la misma, sensibilizar su ser respecto a la importancia creciente del cambio, desarrollar competencias en los participantes para que sean capaces de formar mejor a sus hijos, trabajar mejor con su pareja y desarrollar habilidades de Coaching.

Objetivo (que los participantes):

• Comprendan las relaciones familiares como un proceso conversacional, a los padres e hijos como agentes conversacionales y a la familia como una red dinámica de conversaciones.
• Conozcan los principios y los elementos que caracterizan y definen el proceso familiar, así como las diferencias entre la familia tradicional y la familia emergente.
• Adquieran herramientas para desarrollar las habilidades de comunicación efectiva con sus hijos para mejorar la efectividad familiar.
• Desarrollen una sensibilidad hacia las habilidades que integran la inteligencia emocional en los procesos familiares.
• Conozcan los modelos mentales bajo los cuales operan y las implicaciones que tienen sobre las relaciones familiares.
• Conozcan los principios y los retos de una práctica familiar concebida como el ejercicio de un liderazgo basado en la persona y la proposición de un modelo de despliegue.

Filosofía sustentante

En primer lugar, el ser humano, en su actuar, responde no sólo a lo que acontece allá afuera, sino que lo hace de acuerdo a la particular manera en que se observa y se concibe a sí mismo. Sus acciones dependen del tipo particular de persona que es y de aquello que fundamentalmente lo mueve a actuar: sus inquietudes. Tenemos emociones, disposiciones, actitudes y valores hacia el mundo y todas ellas afectan la forma en que interactuamos con otros seres humanos. Dado ello, es necesario conocer esa que persona somos dado que por ello reaccionamos como lo hacemos. El tipo de persona que somos condiciona y determina el tipo de práctica docente que tenemos y la relación que sostenemos con alumnos y colegas.

En segundo lugar, el ser humano constituye una modalidad de existencia en constante estado de elección. Llevamos una existencia no determinada de antemano. Hay un espacio de posibilidades que se abren o se cierran y su rechazo o su elección dependen de nosotros. El tipo de relación familiar es, en última instancia, no una propiedad fija de cada uno de nosotros, sino una elección que realizamos.

Por último, los seres humanos estamos inmersos en un proceso de comprensión y de creación de nosotros mismos y nuestro entorno. Buscamos entender y hacer que otros entiendan. Le conferimos sentido a la vida y buscamos que otros aprendan a conferirle sentido a la suya. Los procesos familiares, entre otros fines, participan grandemente de la construcción del ser que somos.

Para desarrollar estos conceptos y aterrizarlos en la práctica familiar, partimos de los siguientes supuestos:

1. Los seres humanos vivimos en y a través del lenguaje, de la comunicación.
2. La familia es un tipo especial de comunicación. El aprendizaje se construye a través de intercambios entre personas, y la construcción del ser es un proceso dialógico.
3. El aprendizaje es también un proceso interactivo. El aprendizaje, en tanto actividad social, es el resultado de esa interacción especial.
4. La práctica familiar tiene como objetivo central la formación de personas.
5. Los contenidos socio-afectivos marcan de manera importante las interacciones humanas. Las emociones y los afectos son constitutivos de los seres humanos. Determinan, en gran medida, la comunicación humana y son elementos fundamentales en el éxito o fracaso de los procesos familiares.
6. El aspecto trascendente es fundamental en los seres humanos. La relación con lo inefable es un elemento vital en la construcción de la persona en familia.
7. El rediseño de la relación padres-hijos requiere de un tipo de padre diferente.

Este seminario tiene, entonces, un hilo conductor: está centrado en la observación y la reflexión personal en tanto personas y en tanto padres, en la construcción de esa perspectiva personal distinta. Promueve un proceso de revisión personal al tiempo que provee una serie de herramientas prácticas de aplicación inmediata tanto en lo personal como en las relaciones familiares. De ahí la particular selección de módulos que componen el seminario y su engarce en ese orden específico, ya que cada uno construye sobre lo que el anterior plantea y en conjunto se hacen cargo de plantear y trabajar sobre los postulados arriba mencionados.

Metodología (taller):

Presencial y con dinámicas de reflexión personal e intercambio de experiencias grupales, conducidas por el expositor/facilitador. Lecturas cortas previas a las sesiones.

Dirigido a:

Padres de hijos (entre los 10 y los 25 años).

Modalidades:

Se ofrece en un grupo limitado a 24 personas (padre y madre de preferencia). El programa se ofrece en tres meses, 12 sesiones (una por semana, tres por tema) de 3 horas cada una, de 9:00 a 12:00 horas, o de 18:00 a 21:00 horas.