Los 5 Pilares del Coaching Personal(c)

Los 5 Pilares del Coaching Personal(c)

5 Pilares Personales

Los 5 Pilares del Coaching Personal©

 Dr. Alberto Beuchot González de la Vega

Director del Centro de Coaching Empresarial©

El mundo del coaching organizacional tiene que ser abordado en dos niveles diferentes: el personal y el de la organización. No puede haber un cambio en la cultura de la empresa y el clima laboral si los miembros de la organización no experimentan cambios en el comportamiento individual.

El enfoque ontológico.

El enfoque ontológico al coaching se basa en la idea de que el ser humano se compone de tres esferas, cada una de las cuales es un dominio de la intervención para el coach: cuerpo, lenguaje y emoción. En otras palabras, somos cuerpos humanos utilizando el lenguaje para describir y cambiar nuestros entornos relacionados entre sí a través de una variedad de emociones. Estos tres campos están íntimamente relacionados y son imposibles de separar, ya que los tres se influyen mutuamente. Como tal, la intervención de entrenamiento en una esfera afecta a los otros dos. El nivel de coherencia que una persona experimenta entre las emociones, el cuerpo y el lenguaje se refleja en el nivel de coherencia en lo que siente, hace y dice en la vida. Este es un principio básico del enfoque ontológico.

A nivel organizacional, estos tres dominios tienen sus aspectos correlativos: ser, tener y hacer. Nuestro ser se manifiesta a través de nuestras acciones, produciendo resultados para los demás y para nosotros mismos. El coaching ontológico sostiene que el ser genera la acción y la acción también genera bienestar.

Después de estas dos tríadas del enfoque ontológico, hemos desarrollado un conjunto de cinco temas, cada uno permitirá que el coach intervenga y logre junto con el cliente un grado de coherencia no sólo dentro de cada tríada, sino también entre la tríada personal y organizacional. En esta ocasión  hablaremos de los relacionados con el ámbito personal.

Los Cinco Pilares Personales©

1) Vocación

A escala individual, la vocación (del latín “vocatio”) es lo primero. “Vocare” significa “llamar” en latín. De ahí provienen nuestros términos “invocar” (llamar desde/hacia dentro) y “convocar” (llamar a todos). Este es el llamado interior del alma que nos dice a qué se supone que debemos enfocar nuestros esfuerzos y nuestro hacer. Es la señalización de una ocupación para la que una persona tiene cualidades especiales o para la que está hecha, entrenada o calificada. No escuchar la llamada interna, la voz interna, es estar destinado a un “hacer enfocado el tener”, en lugar de un “hacer con miras al ser”. Lo opuesto de vocación es obligación (del latín “obligare”, estar sujeto o atado a), un comando externo contundente de hacer algo por deber, por tener que, sin convicción.

2) Devoción

Si hacemos caso a nuestra vocación, deberíamos experimentar una dedicación verdadera y genuina a ella. Después de todo, la raíz latina de “devoción” es “devotio” que significa “dedicado a un voto”, a una promesa, sobre todo a mí mismo. Se entiende como algo vehemente, a menudo desinteresado, que implica afecto y empatía con una tarea. No hay devoción sin vocación. La devoción implica la participación total en, y el compromiso con, una causa. Lo opuesto de devoción es la indiferencia, el distanciamiento emocional desapasionado, sin inclinación ni rechazo. Cumplir por cumplir.

3) Transformación

Derivado del latín “transformatio”, “ir más allá de los cánones o de lo establecido”, se refiere a un cambio en la forma de algo. Implica un “somos transformados y transformamos el mundo que nos rodea si seguimos nuestra vocación con devoción”. Abandonamos la sensación de alienación, de no encajar, y logramos una sensación de pertenecer a, de modificar nuestras tendencias egocéntricas en los esfuerzos de construcción de nuestro propio ser. Somos al mismo tiempo el artesano, la arcilla, la obra misma y el proceso de elaboración. Lo opuesto de transformación es el estancamiento, la inercia conservadora acomodaticia y confortable con nuestra situación original.

4) Perfección

Se define como el cumplimiento de los más altos estándares. La perfección (del latín “perficio”) significa “terminar” o “llevar a su fin” una encomienda. Tiene consigo una sensación de completitud, de redondez, de plenitud. Esta se produce una vez que la transformación interior es asimilada y se domina al grado de hacerla funcionar de manera artística en nuestras vidas. La perfección es haber alcanzado el potencial propio mediante un esfuerzo consciente, sin desperdicio, implacable e impecable. Es la consecuencia de la transformación del ser que era antes de mi devoción sin cortapisas a mi vocación. Lo opuesto de perfección es la mácula, la mancha, el defecto, el pecado (del latín “peccatum”, transgresión consciente, acción culpable sobre uno mismo, traición a lo propio). Se peca cuando no se escucha ni se sigue la vocación; se peca cuando no se logra la perfección propia. El opuesto de la perfección es el defecto, del latín “defectus”, desaparición, falta o carencia de algo, no estar presente, abandonar y separarse con idea de un descenso. El que no se perfecciona deviene defectuoso, se abandona y separa de sí mismo.

5) Satisfacción

Cuando se alcanza la perfección, la sensación de satisfacción (del latín “satisfactio”, que significa “expiar el pecado”, “cumplir plenamente”, “hacer las paces”, “corregir la falta” o “cumplir con un requisito”) finalmente se logra. En este caso, significa que se cumple con lo que requiere la voz interior, y así se liberado de la traición a uno mismo. (La palabra “pecado” no se utiliza en el sentido religioso. En decir, nos estamos remitiendo a su origen lingüístico del griego “hamartia”, o “errar el blanco”). De acuerdo con los principios del coaching ontológico, el hecho de no escuchar nuestra voz interior conduce a “errar el blanco” y nos impide completar el círculo y el logro de la satisfacción. Por lo tanto, el proceso de coaching a nivel personal se centra en la finalización, en ayudar a los clientes a cerrar el círculo virtuoso de la vocación a la satisfacción en el interés de “dar en el blanco”. Lo opuesto de satisfacción es el vacío (del latín “vaccare”, estar des-ocupado). Es decir, no ocupar el espacio de nosotros mismos con nosotros mismos. No estar lleno de mí.

Implicaciones para el coaching

El ser humano tiene dos opciones: o hace lo que ama o aprende a amar lo que hace. El coaching puede ser de gran ayuda en este periplo de la vocación a la satisfacción. Y no hay atajos en este camino. El desarrollo personal del individuo tiene tremendas implicaciones para la organización. La posición de cada trabajador en el círculo de desarrollo personal juega un papel en los pilares de desarrollo que la organización alcanza. Los coaches y los clientes deben entender que no hay un cambio en el comportamiento colectivo a menos que los individuos que constituyen un grupo se sometan a cambiarse a sí mismos.

La semana siguiente, los 5 Pilares del Coaching Organizacional©.

Me gustaría seguir aprendiendo de ustedes.

abeuchot@cencoem.org

www.certificacion-coaching.org